lunes, 31 de mayo de 2010

La alegría de una abuela en forma de libro



El cuento que la escritora Esther García regaló a los Príncipes, de reciente edición, está inspirado en una de sus nietas





Esther García suma ya 32 libros en su haber, pero una primavera de hace ahora tres años escribió un cuento inspirándose en su mejor regalo: su nieta Deva Formariz García. Se trata de «Deva y el pollito», una obra que tiene por personaje al pitín Manolito y, como trasfondo, valores como la amistad, la ayuda a los demás o la importancia de los consejos paternales. «El pitín nace el mismo día que Deva y se convierte en su mascota, su protector», explica García, que el pasado jueves regaló dos ejemplares de esta obra, en castellano y asturiano, a los Príncipes de Asturias para que se los lean a sus hijas, las Infantas Leonor y Sofía.

Esther García pensó en la posibilidad de escribir un libro para su primera nieta el mismo día que acudía a su parto. La pequeña llegó al mundo en Majadahonda (Madrid). «Cuando la vi la comparé con un pitín, un animal muy tierno. Además me vinieron a la cabeza mis recuerdos en la aldea», destaca la escritora, que nació en La Degollada (Valdés) y siempre disfrutó de la compañía de los animales de la casería. «Especialmente de los pollitos protegidos por sus madres gallinas», precisa, y subraya: «Con el libro quise expresar la alegría de su llegada y el temor porque un ser tan diminuto se enfrente a la vida».

Esther García escribió «Deva y el pollito» en dos meses y se lo entregó a su nieta el día de su bautizo. Desde entonces se lo ha leído un sinfín de veces y la pequeña Deva Formariz ya se ha aprendido el argumento de este cuento que tiene previsto enseñárselo a sus compañeros de guardería. «Está hecho con el corazón», subraya esta escritora bilingüe -castellano y asturiano- que próximamente publicará otro libro también inspirado en su familia, concretamente en su segunda nieta, Nora Formariz, que ahora tiene diez meses.

La autora, colaboradora de LA NUEVA ESPAÑA que trabajó durante años como profesora, es consciente de que para escribir un cuento infantil «hay que descender al mundo de los niños». Pero todo esfuerzo tiene su recompensa. «Los niños son lectores muy agradecidos», dice García, que en el caso de «Deva y el pollito» destaca el «maravilloso trabajo» realizado por la ilustradora asturiana Tina García. «Mi nieta ha personificado a los pollitos que salen en el cuento, Tina ha sabido captar muy bien la historia», manifiesta la escritora.